viernes, 4 de junio de 2010

De Pies a Cabeza...

Fueron tus pies, aquellos que cargaban todo tu ser;

Fueron tus piernas, capaces de atraer miradas eternas;

Fueron tus caderas, las que bauticé un par de curvas redentoras y que escondían entre ellas aquel callejón sin salida, oscuro y a la vez iluminado, amargo y a la vez dulce, prohibido y a la vez mío;

Fue tu cintura, en la que me colgué noche a noche con locura;

Fue tu panza, tan perfecta como tu alma;

Fueron tus pechos, ni tan grandes ni tan pequeños;

Fueron tus hombros, lo primero que me diste y en los que lloré con ahogo.

Fue tu cuello, que al rozarlo añadía leña al fuego;

Fue tu boca, aquella que besé y me besó como loca;

Fue tu nariz, que no siendo perfecta respiraba mi mismo matiz;

Fueron tus ojos, aquellos que iniciaron nuestro embrollo;

Fueron tus orejas, los interruptores que encendían la hoguera;

Fue tu pelo enmarañado, los que se enredaban en mis dedos con agrado;

Fueron todos estos elementos, como estar en una sucursal del cielo...

Geisel Checo.-
4-Jun-2010