martes, 24 de marzo de 2009

El Faro de tu Extravío


Una vez fui un faro, testigo de miles de batallas perdidas en los océanos de la vida, incapaz de ver otra embarcación a la deriva. Por eso cuando divisé en el horizonte aquel hermoso velero, por momentos sentí la necesidad de darle la señal de anclar en mis aguas y otras tantas darle la señal contraria.

Navegaba a barlovento logrando el punto de equilibrio exacto, momento en que detenía mis lentes sobre su estructura dejando varada a otras embarcaciones. Era tan hermoso velero que al alzar sus velas hasta el tope del mástil cautivaba la mirada de todo ser que sobre la orilla del mar estuviera.

Aunque los modernos sistemas de navegación por satélite han restado importancia a los faros, siento que fallé como tal, pues los haces de luz que emití através de mis lentes no fueron claros.

De todos modos aquel hermoso velero nunca dió señales de querer anclar firme y hace tiempo que navegó los siete mares en busca de faros decididos y hoy se encuentra en costas Italianas para la contemplación de otros faros...

Geisel Checo.-
24-3-09

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